La directora y guionista Beatriz Abad es la responsable de un vídeo marcado por el onirismo y el realismo mágico. Amaia Montero se envuelve en un halo de sofisticación en esta pieza rodada a pocos kilómetros de Madrid, en escenarios paralelos que recrean un desierto y la lujosa piscina de una mansión. El resultado es una pieza que combina conceptos tan diferentes como la cercanía, el positivismo y el realismo, por un lado, con lo onírico y lo sofisticado. Lo sencillo, puro y cercano convive así con el surrealismo, el mundo de los sueños y la celebración.
Ochenta fans convocados como figurantes participaron en la grabación, producida por NoNamePro, de Beatriz García y Jaime Chillarón. Con referencias como el director David Lynch o películas como A Single Man o Hijos de los hombres, el vídeo relata la convivencia de Amaia con otras personas que, como ella, buscan salir de un entorno hostil y, de alguna manera, bélico o postapocalíptico.
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